20 jun 2014

DIFERENCIA ENTRE ERUDITO Y SABIO


Un erudito es un individuo que ha adquirido conocimiento sobre una o varias materias; es, por tanto, una persona que dispone de muchos datos, de una gran cantidad de información; los intelectuales son un claro ejemplo de este tipo de individuos; un sabio, en cambio es aquella persona que dispone de un conocimiento intuitivo y directo de aquellos principios universales de los que habla Rene Guenon. Normalmente, este último conocimiento puede denominarse "gnosis", pues entraña un contacto directo con la esencia vital, con la chispa divina, con el Espíritu Universal. Y este conocimiento no se adquiere con el esfuerzo personal, con la fuerza de la voluntad, sino que es un don dado por la Gracia divina.El problema matemático que sigue, fue contado en el libro "Palabras de fuego", de Rajneesh y sirve para ilustrar la diferencia entre sabiduría y erudición. Este libro concluye diciendo: "La sabiduría es práctica, lo que no sucede con la erudición. La cultura es abstracta, la sabiduría es terrena; la erudición son palabras y la sabiduría es experiencia". El problema dice así:

Un hombre que tenía 17 camellos y tres hijos, se murió. 
Cuando abrieron el testamento, decía que la mitad de los camellos sería para el hijo mayor, la tercera parte para el segundo hijo y la novena parte para el tercer y último hijo.
¿Qué hacer? Eran diecisiete camellos y diecisiete no tienen mitad exacta, solamente cortando uno de los animales por la mitad…

Pero esto no resolvería el problema, dado que para el segundo hijo se necesitaba la tercera parte y para el tercer hijo la novena parte.

Así que los hijos corrieron en busca del hombre más erudito de la ciudad, el más estudioso o el matemático. El matemático, después de pensar mucho tiempo, no pudo encontrar una solución.

Entonces, alguien sugirió: "Es mejor buscar a alguien que sepa de camellos, no de matemáticas". Así que buscaron a Sheik, un hombre muy viejo e inculto, pero con mucha sabiduría debida a la experiencia. Le contaron el problema.

El viejo se rió y dijo: "Es muy simple; no se preocupen". Prestó uno de sus camellos -ahora eran 18- y después hizo la división. Nueve fueron dados al primer hijo, quien quedó satisfecho. Al segundo le tocó la tercera parte -seis camellos-, y al tercero le dieron dos camellos -la novena parte de los dieciocho-. Sobró un camello: el que había sido prestado por Sheik.

El viejo tomó su camello y dijo: "Ahora pueden irse".

Resumen del reparto realizado: 17+1=18; 1º hijo: 18/2=9; 2º hijo: 18/3=6; 3º hijo: 18/9= 2;
9+6+2=17 camellos (con lo que se cumple el testamento).
18–17=1. Sobra 1 camello, que fue entregado de vuelta a su propietario.

10 comentarios:

  1. Excelente entrada, Toni y excelente ejemplo para demostrar la diferencia entre cultura y sabiduría. ¡Gracias!
    Un afectuoso saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti Mabel por asomarte por aquí
      Salud y sabiduria

      Eliminar
  2. La conclusión que he sacado yo es que al viejo le gustaba tocar las pelotas. Si las tocó hasta en su testamento imagínate lo que debieron aguantar sus pobres tres hijos cuando estaba vivo. Pocas flores le debieron llevar a su tumba, sobretodo al que le tocaron los dos camellos, que debió pensar que su padre además de ser un tocapelotas era bastante injusto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajajaja mu bueno Refalico, e upone que el padre concedió a cada uno lo que e merecia

      Eliminar
  3. Ingenioso y algo cruel, Toni, tiene trampa. Es parecido a lo que hacen los políticos pero en lugar de uno piden 17 que es realmente como se resuelven este tipo de problemas en la actualidad.
    Feliz viernes

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Está claro Enrique, en el caso de los políticos, como tienen un buen filón, no tienen problemas para repartir

      Eliminar
  4. El diablo sabe mas por viejo que por diablo. Ahora la opinion de los mayores ya no cuenta. Ellos se lo pierden.

    ResponderEliminar
  5. Marcos pienso que si la opinión viene de un sabio es escuchada y tanto mas mientras mas viejo o mayor sea la persona, ya se que te refieres en general, pero es una cuestión personal el ser erudito o sabio

    ResponderEliminar
  6. Todos tenéis razón: el padre era un tocapelotas, con trampa y algo diablo. Como en aquella época los repartos propporcionales se hacían de forma ingeniosa, el viejo camellero alcanzó una solución ingeniosa. De haber solucionado este problema cuando estudiábamos tercero de bachillerato, ahora sería imposible encontrar a un alumno que supiese qué es eso, habríamos llegado a una solución igual puesto que las partes proporcionales de la mitad corresponde a 27, la tercera parte a 18 y la novena a 6, que divididos entre el número de herederos son 9, 6 y 2 camellos, de una sola joroba, es decir dromedarios. Ahora bien, el ingenio del camellero era consustancial con una experimentación con la que estoy totalmente de acuerdo. El sabio debe experimentar y no asimilar conocimientos. Mabel, no te creas todo lo que decimos porque estamos un poco chalados y nada hay mejor que unos cuantos amigos tomando una cerveza bien fría...

    Un abrazo, Toni.

    P.S.: Te enviaré algunos entretenimientos para tus caminadas que no se pueden poner en público porque todos pensando no es lo mismo que llevar toda la caminada al grupo dándole la vuelta a un problema, sencillo, pero tocapelotas.

    ResponderEliminar
  7. Muy bien planteado el problema tocayo; hoy los testamentos debieran hacerse difíciles de entender, vamos que se debiera saber una carrera para heredar, otro gallo cantaría.
    gracias y espero esos entretenimientos
    Un abrazo

    ResponderEliminar