EL 5G

La interacción del hombre con los ecosistemas no son buenos, nunca lo fueron. Los problemas derivados son muchos. El caso del Coronavirus podría ser el último ejemplo de esta desavenencia o malas praxis que se vienen desarrollando en toda la tierra. El poder crecer y desarrollar nuevas tecnologías sin deteriorar el medio ambiente es un reto del cual parece ser que cada día estamos mas lejos de poder alcanzarlo. No nos salimos de una y ya estamos entrando en otra. El sistema 5G (quinta generación de telefonía móvil) para telecomunicaciones está desarrollándose a pesar de todas las advertencias de científicos que ponen en entredicho la idoneidad de implantarlo sin las garantías necesarias por los problemas de salud que a bien seguro llevará consigo y que es todo una incógnita para la humanidad.

Está previsto que la tecnología 5G se expanda a lo largo del 2020, aumentando la velocidad de los sistemas inalámbricos actuales hasta 100 veces más que el anterior 4G. Comparado con la tecnología actual, el 5G ofrecerá más rapidez, mejor conectividad desde más lugares y una mayor capacidad, que permitirá a más usuarios y dispositivos estar conectados al mismo tiempo a Internet.

O sea que nuestra exposición a los campos electromágnéticos sobre nuestras cabezas, no sabemos hasta que punto afectará a nuestra salud, no digamos ya al resto de animales de la tierra.

Se están llevando a término acciones de protesta y existen plataformas en contra como la denominada "Stop 5G" El movimiento STOP 5G denuncia que la nueva tecnología no solo puede favorecer el cáncer, sino multitud de trastornos como lesiones cutáneas, hemorragias nasales, dolores de cabeza, daños cognitivos y afecciones cardiorrespiratorias.

Quien sabe si cuando salgamos de esta, no nos veremos abocados inexorablemente a otra pandemia, derivada de las nuevas tecnologías como esta del 5G.