Entra un chico apostador en un bar,
se acerca al dueño del local y le dice...oiga ¿se apuesta 300€ a
que me meo a 3 metros de distancia en un vaso sin derramar una gota?,
el dueño se le queda mirando extrañado de la apuesta, se lo piensa
y dice..vale, ni una gota y a 3 metros, de acuerdo. El apostante se
saca la minga empieza a mear a diestro y siniestro, meándose en todo
su alrededor, hasta en el dueño al que deja chorreando, éste, a
pesar de la guarrada, con una sonrisa..le dice, vaya, vaya conque ni
una gota en el vaso, me debe ud 300€. El chico apostador se acerca a los
que estaban jugando al billar y al instante regresa con los 300€ y
se los entrega al dueño; el dueño riendo le dice pero.. ¿como se te ocurre hacer este tipò de apuestas?, las perderás siempre;
a lo que el chico le dice..vé ud. a los que hay jugando al
billar?, bien pues me he apostado 600€ con ellos a que hoy me meaba
en este bar y en ud. y que además se lo tomaría a
risa.
Niño cabrón, aunque también podías haber colocado en su lugar a un político que le roba la cartera a todos y encima de cachondea.
ResponderEliminarSaludos
Lo que nos recuerda hay que buscar el porqué de las cosas, siempre lo hay.
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