Al cuerpo, podemos decir que lo dejamos satisfecho, os lo podéis imaginar viendo algunas de las fotos que le hicimos a los platos. Y en cuanto al espíritu y al alma, también, al conectar con la naturaleza en estado puro.
Como las fotos hablan por si solas, os dejo un extenso reportaje de ellas desde nuestra primera parada en el restaurante La Cedera de Lérida, pasando por la visita a la fábrica de quesos en Adahuesca, la estancia en la casa rural de Radiquero, la visita a Alquezar, el paseo por las famosas pasarelas sobre el río vero, la posterior caminata a las balsas de Bacasol, el restaurante del pueblo en Radiquero etc.
Según las fotos que he visto, ¡¡menudo disfrute de sendero!!
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